15° Festival de Poesía en la escuela en la ET 25: De verbos irregulares, calcomanías y futuros imperfectos (por Analía de la Fuente)

 De verbos irregulares, calcomanías y futuros imperfectos


Es la tarde del lunes en la ET N° 25. Una tarde fría que se despide de los estudiantes del segundo turno del día y espera a los del vespertino. Mientras eso ocurre preparamos el auditorio con Natalia Pioppi, profe de Lengua y Literatura de 4to 3ra. Ella me cuenta acerca del grupo. Yo le pregunto también. Hasta que sueña el timbre de las 18.05 y comienzan a llegar.




A muchos de ellos ya los conocía, les había dado clases, también de Lengua, un par de años atrás, a otros los había cruzado en calidad de Poetas electromecánicos en la presentación de su libro XD en abril en la Feria del Libro de Buenos Aires. Nos saludamos y esperamos unos minutos, la primera hora de cada turno tiene eso: hay que empezar un poco más tarde para no empezar y reempezar, acompañadas/os del típico “buenas noches, cómo va” del docente, para retomar lo que tenemos que trabajar. Es común que haya demoras por distintos motivos.

Decidimos comenzar. Proyectamos un par de fotografías de Roberto Santoro. Pregunto a los chicos si lo conocen, si esa imagen les es familiar. Se quedan pensativos, hacen que no con la cabeza.

Hasta que Gustavo, desde la primera fila, se queda pensando, balbucea. Le pregunto que qué dijo. Es el maestro, que trabajaba acá que se llevaron los militares, contesta. Efectivamente, se refiere al dueño del rostro que un profe de artística con algunos estudiantes retrató en el patio de nuestra escuela. Al mismo cuyo nombre aparece en una de las placas de Barrios x la Memoria y Justicia de la vereda de nuestra escuela, sobre avenida Jujuy al 700. 




Le agradezco su intervención y les cuento entonces que Santoro fue preceptor en el mismo espacio que habitamos cotidianamente y que “la escuela industrial” en la que trabajó que aparece en muchas de sus biografías en la web es la nuestra, la ET 25, la Beltrán. Compartimos la lectura en voz alta algunas otras placas de Barrios x la Memoria y Justicia. Leemos los nombres de todos quienes allí aparecen: Alejandro Luis Formica, Mario Alberto Calvo, Rosa Delfina Costa, Juan Carlos Martínez. Alfonso Paulino Ortiz, Carlos Alberto Rescigno, José Eliseo Sanabria, Jorge Eugenio Toron, Oscar Alfredo Zalazar. Todos ellos detenidos desaparecidos. Presentes. Hablamos de la última dictadura militar. Del terrorismo, del mundial del 78, de la guerra de Malvinas. De los derechos democráticos. Del negacionismo actual que intenta ocultar una parte de la historia argentina.

Damos paso a los poemas, y entonces la magia de Santoro los atrapa. “Calcomanías”:

Sonríe

Dios te ama

Disimula

El comisario vigila


4 versos, 8 palabras. Un objeto de la cultura popular enmarcando el claroscuro de la fe y la vigilancia. Un fotograma de época. A medida que leímos, este y los siguientes poemas: “Canto a la esperanza”, “Verbo irregular” y “Cárcel de mi pueblo”, los chicos buscaban en los versos la fuerza, la potencia del lenguaje, eso que lograba del texto un poema y no un mensaje que busca simplemente informar.

Y encontraron estrategias discursivas: una voz lírica que se esconde en la desinencia de un adjetivo: “andaba yo desnudo de mí”; que un límite (entre la villa miseria y la manufacturera de algodón) puede trastocar el sentido de las palabras y entonces el concepto de cárcel aludir a mayorías vulneradas como en “Cárcel del pueblo”; o la posibilidad de ponerse a jugar con lo que aprenden en “Verbo irregular”: 

yo amo/ tú escribes/ él sueña/ nosotros

vivimos/ vosotros cantáis/ ellos matan, y allí, en la conjugación, otra vez la luz y la oscuridad, los espacios visibles y las tinieblas sociales. Es inevitable leer a Santoro sin contextualizarlo. Los estudiantes iban del poema a la forma y de la forma siempre surgía algún comentario del tipo: “tiene que ver con lo que él vivió”, “habla de los militares”. Su poesía señala su tiempo, y él es entonces un hombre que ha sido contemporáneo de sí mismo. Un hombre que luchó por la democracia que hoy es puesta en duda desde algunos sectores de la sociedad. Una democracia por la que debemos seguir luchando.




En el tramo final de la clase, compartimos 3 propuestas de escritura para que se animaran a escribir: o a partir de un objeto de la cultura popular (como en “Calcomanías”; o tomando una estructura gramatical para renovarla (como hace Santoro en “Verbo Irregular”), o cantándole a algún sustantivo abstracto (justicia, juventud, libertad, pereza…) cuyo sentido les interese particularmente, como el poeta hace en “Canto a la esperanza”. En grupos de pares se pusieron a trabajar, fue uno de los momentos más lindos del encuentro. Durante hora y media logramos estar presentes, dejar nuestros celulares y sus notificaciones, escucharnos, leernos, interpelarnos, y abocarnos al lenguaje de la poesía, que, como laconciencia, el compartir y tantas otras cosas, nos requiere presentes.

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