Muy temprano rumbo al Delta del Tigre, empezó el VI Festival de Poesía en la Escuela. A las 9 estábamos tomando la lancha que salía del Puerto, con los maestros y la directora de la Escuela 12. A bordo iban Diana Bellessi, Alejandro Méndez, Camilo Sánchez, Valeria Pariso, Ana Adjiman y Alejandra Correa. Por otro lado, del Delta más profundo donde viven, llegaban Marisa Negri y Gabriel Martino. En la Escuela nos esperaba Silvia Sergi, mamá de uno de los chicos, docente y artista visual.
Cada uno de los grados de la Escuela 12, recibió a los invitados con la propuesta de algún taller de arte y poesía. El poeta Alejandro Méndez se animó con primer grado. Les leyó poemas de Mirta Rosenberg y los invitó a dibujar y escribir.
En segundo grado, Diana Bellessi y Camilo Sánchez hablaron de la poesía y el paraíso. Los chicos escribieron qué era para ellos el paraíso: "cuando me hamaco y cierro los ojos", escribió Andrea; "cuando sueño", pensó Belén, "cuando meto un gol", fue la respuesta de Franco, "cuando me tiro al río", respondió Axel y ya sentía el agua en la piel.
En tercer grado, Ana Adjiman y Valeria Pariso, propusieron hilar poemas en base a la poesía de Liliana Ancalao. En cuarto, Gabriel Martino hizo un taller de Kamishibai en base al poema Peces de río de Javier Cófreces. En quinto, Alejandra Correa les propuso a los chicos que escribieran poemas con las letras de sus nombres. En sexto, Marisa Negri y su vecina Vilma Pagano (docente jubilada) abuela de una de las nenas, les hicieron tejer y destejer poemas a los chicos, en base al cuento La tejedora, de Marina Colasanti. "Quiero destejer todos los malos momentos de mi vida", dijo la niña de ojos marrones. A su lado, se tejían aventuras, sueños, fantasías y realidades.
Mientras tanto Silvia Sergi y los chicos de primer año de la ES 46, vecina a la primaria, trabajaron con fotografías que cada uno debía tomar con su celular. A partir de allí se escribieron poesías.
La puesta en común fue en el gran comedor escolar. La lectura de Diana Bellessi, Alejandro Méndez, Camilo Sánchez, fue el marco para el cierre de la jornada. Los chicos mostraron su kamishibai y se leyeron poemas.
En este clima festivo nos quedó la sensación de que había mucho más para decir, que la Escuela 12 nos había abierto sus puertas. Nos despedimos en el muelle, felices, con la promesa de volver.
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