Experiencias: "Lo único que sé hacer son poemas", por Franco Rivero

VII FESTIVAL DE POESÍA EN LA ESCUELA, Juan José Castelli, Portal del Impenetrable, Chaco

Con mi querida Karina Prester (ex alumna, ahora colega; bibliotecaria y poeta también) el viernes pasado recorrimos las dos escuelas con comunidad originaria de esta localidad; una Wichi y la otra Qoom. La E.E.P. N° 905 (aún sin nombre) del barrio CURISHI y la E.E.P. N° 894 “José Ceferino Romero” del barrio NOCAAYI. Nuestra experiencia es sencillamente hermosa. 



Karina estaba más segura que yo que, francamente, tenía un tocón de miedo (no tengo contacto con niños, tampoco me formé para trabajar con niños, no sabía muy bien qué hacer, cómo tratarlos, qué hacer si se nos desmadran, hasta dónde y qué gritar, etcétera). Pero ni bien me respondieron, en coro y al unísono un BUENOS DÍAS cuando me presenté y los saludé, ya se me cayeron pre-miedos y también los prejuicios. 
A la mañana fuimos a la 905. Habíamos preparado varias actividades para hacer porque no sabíamos la edad de los niños; llevamos imágenes, poemas y cuentos –por las dudas-, hojas, cartulinas, algunos colores, latas con palabras recortadas. Nos tocaron 4to, 5to y 6to año. Había nenes grandes y nenes muy chicos. Les pedimos que nos reúnan a todos los niños en un SUM, aprovechamos que había audio; Karina les leyó un cuento de Gustavo Roldán, Desafío mortal (trata de una pelea a muerte entre un piojo y un puma que ocurre en una localidad cercana a Castelli, Villa Río Bermejito). Después los hicimos entrar a la poesía con adivinanzas y les pedíamos leer en el micrófono las respuestas. Disfrutaron mucho de esto. 



Karina había elegido sin que yo sepa “olfato y gusto”, un poema mío, me pidió que lo lea; así que lo hice. Pensé que no iban a prestarle atención a un poema tan largo; traté de despertar cierto interés preguntándoles antes: ¿alguna vez ordeñaron una vaca?; todos me dijeron que sí. Les dije que de eso trataba lo que les iba a leer. Mientras leía los escuchaba hablar; me reprochaba mentalmente no haber elegido yo otra cosa y también mi poco conocimiento de poesía infanto-juvenil (yo soy de reprocharme así que aproveché). Cuando terminé, mientras repartíamos las actividades (un poema breve sobre el verano y otro sobre la primavera; ambos con rimas, para que dibujen lo que se les venga en mente) un nene tomó de paso el micrófono y gritó ¡CHIPÁ CUERITO! Nos hizo reír a todos y me curó de mi “ay no me prestaron atención”, que seguramente era todo mi mambo mental y narcisista. Karina me marcó que ellos siempre atienden aunque no parezca y que no se les escapa nada.


En la otra escuela, la 894, hicimos lo mismo; primero los maestros reunieron a todos los niños en una galería y los sentaron a todos en el piso:
-Buenos tardes niños, yo soy Franco
-BUE-NOS DÍ-AS SE-ÑOR!, me saludaron a coro y fuerte.
No evitaba sonreírme mientras les decía;
-y ella es Karina
-BUE-NOS DÍ-AS SE-ÑO-RI-TA; en el mismo tono.
Les repartimos hojas y les pedimos que dibujen algo que se imaginaron con ese poema o que dibujen sobre los otros poemas que les repartimos. Todos dibujaron, todos hacían todo muy contentos; muchos dibujaron la vaca, la tía, el corral y al niño (personajes del poema); casi todos dibujaron flores, lugares con pasto, soles enormes en los ángulos superiores de las hojas. Disfrutaron mucho de hacerse fotos con sus dibujos, de mostrarnos lo que cada uno hacía y de que los felicitáramos; nos pedían hacerse fotos con nosotros y nos abrazaban fuerte.
A la tarde volvimos a la 905, para hacer la misma actividad que a la mañana; nos tocaron de 1ro a 4to año. También les sacábamos fotos con sus dibujos; solos venían a pedir fotos y posaban como para un videoclip. Después nos hicimos una foto grupal donde todos exhibían en alto sus dibujos.
En ambos colegios nos acompañaron todos los maestros. Los directivos nos atendieron muy bien y nos esperan este viernes que viene, donde volveremos a ir con los dos y con mi chamigo, el poetazo Fabián Yausaz que muy generosamente viaja desde Corrientes hasta acá para acompañarnos en esto y que trae para leerles “Mboyere” (“mejunje”, “mezcla rara”, “enredo”, en guaraní) un poemario infantil inédito de su autoría.
Cuando nos fuimos a despedir de uno de los directivos; Claudio, director de la 905, él nos felicitó, nos dijo: “A mí, realmente, me sorprende cómo los dos solos manejan una escuela entera de niños”; ahí nos dimos cuenta de que nos mandamos como locos a trabajar con toda la escuela en un SUM siendo que podíamos trabajar por grados! Menos mal que nos salió bien!

  



No nos dejábamos de decir con Karina lo mucho que nos había gustado la experiencia. Personalmente tenía el corazón medio rengo y ahora parece un atleta olímpico.
Desde que estoy acá pienso en qué podría hacer yo por las comunidades; estar acá y no tener contacto, sólo dar un par de clases sobre el tema en Análisis del discurso me hacen sentir irresponsable de alguna forma. Tampoco sé cómo hacer algo más, algo que realmente aporte. Para más, cada vez que sale el tema de la comunidades originarias, en clases o con amigos, es difícil hasta hablar para mí (soy pasional, me tiemblan las manos, me tiembla la voz, hablo entre enojado y triste, sé lo que es ser discriminado y excluido, yo me crié así) y es difícil porque es casi imposible encontrar acá a gente que no discrimine, que no sienta un odio racial -que nos devuelve siglos atrás en el tiempo-, que no se sienta con derecho a este odio, que no sienta ni una pizca de remordimiento humano por el hecho de desear, por ejemplo, la muerte a un semejante; y sé que éste es el problema, el que discrimina no ve en quien discrimina a un semejante; la idea de superioridad racial sigue tan viva como antaño.







Lo único que sé hacer son poemas. Lo único puedo aportar son poemas. El Festival de poesía en la escuela a mí me dio una oportunidad para acercarme, por eso elegí únicamente las dos escuelas indígenas, donde la mayoría de los niños lo son. Este festival me hace sentir que estoy haciendo un bien y alivia mi cuota de irresponsabilidad. Me ayudó a tener la cabeza más tranquila. 
Creo que hicimos un bien poético; y pensamos en la posibilidad de mantener en ambas escuelas abierto un tallercito mensual. Sé que el único bien que podemos hacer acá pasa por la poesía como liberadora y sanadora; por suerte coincide con algo que sí puedo y sé hacer; para más cuento con la ayuda de gente como Karina y como Fabián.
Desde Juan José Castelli, Portal del Impenetrable chaqueño, estoy/amos muy agradecidos por este Festival, por esta magia de crear un espacio donde sentirnos más hermanos, más parte de la misma humanidad.

Comentarios

  1. Excelente trabajo!!!!! Es bueno un mimo de estas características de vez en vez!
    saludos y felicitaciones Franco y Karina!

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