Día 1: poemas que vuelan desde Córdoba a Santiago del Estero (por María José Echenique)

Taller de Poesía en Frías, SANTIAGO DEL ESTERO (por María José Echenique)

Poesía en la Escuela / Colegio Inmaculada Concepción

Nos invitaron a la segunda feria del libro de Frías y como íbamos con Lucas Tejerina y Alejandro Arriaga a una lectura de poesía y también a compartir un taller con jóvenes, y justo coincidía con la oportunidad de sumarnos al Festival de Poesía en la escuela, se nos ocurrió tejer ambas fiestas; como para encontrarnos y crecernos en una trama bien bonita y poderosa, con la gente que hoy por hoy en medio de tanta oscuridad sigue poniendo su voluntad y lo mejor de sí para construir entre las ruinas. La feria era un par de días antes de la apertura del festival, en el colegio Inmaculada Concepción, y Alejandra y Marisa en seguida dijeron que sí. Que tejamos nomás.

No sabíamos con qué grupo íbamos a encontrarnos. Desde la organización de la feria nos habían preguntado un cupo de participantes y dijimos treinta, siendo optimistas en el poder de la convocatoria. Pedimos, sí, que quienes fueran lo hicieran por propia voluntad y no por cumplir con ninguna tarea o materia. Desconociendo entonces el grupo que nos esperaba, trabajamos en torno a dos ideas a la hora de pensar la actividad: la de proponer la poesía como un territorio accesible, al que podemos llegar también desde el juego, y una vez llegadxs ahí, que la poesía nos lleve al encuentro de lxs otrxs. Dos instancias y dos movimientos: primero, hacia la intimidad de cada quien, y luego, hacia el territorio sensible de lxs demás.

Llegamos al día del taller, ya era la hora de comenzar y seguían llegando adolescentes y jóvenes de la escuela sede y también del Instituto Superior Teresa Barbieri de Barbieri, junto a algunxs profes. Tuvimos que improvisar un par de cuestiones (cortar y escribir más tarjetas, por ejemplo, replantearnos velozmente la dinámica, ya que éramos tantos) y luego confiar. Confiar en que ahí estábamos lxs que estábamos para darnos lo mejor.




Después de la conversación inicial explicamos el juego. Omitimos la instancia de lectura que habíamos pensado, por cuestiones de tiempo y del número de participantes, y pusimos el foco y nos dirigimos directamente hacia la experiencia de escritura.

A partir de las tarjetas con palabras sueltas que llevamos y repartimos entre alrededor de cuarenta y cinco participantes, la propuesta fue escribir una breve frase, una línea, de lo que esa palabra evocara en cada quien (recuerdo, sentimiento, imagen, etc) y, cumplido el tiempo (treinta segundos), que las tarjetas circularan en ronda. También abrimos la posibilidad de dejar pasar las palabras que no nos sonaran. Cumplido el tiempo y regresada la primera palabra a quien la tuvo en sus manos por primera vez, ahí nos dividimos en cinco grupos y entonces la invitación fue construir un texto colectivo seleccionando y entretejiendo frases de todxs. Habíamos elegido entre las palabras que llevamos varios homónimos, buscando que la polisemia diera lindos frutos en el juego.



Y sí que dio lindos frutos. ¡Intensos! Aunque no llegamos al momento musical como habíamos planeado, sí llegamos a poner la voz y a leernos y a escucharnos las creaciones colectivas. Sonó el timbre, nos abrazamos en la depedida y ahí quedamos todxs vibrando en la alegría de haber creado algo juntxs. De haber llegado al territorio -siempre inefable, siempre disponible- de la poesía.


Aquí van algunas fotos del encuentro, donde pueden leerse un par de las producciones colectivas. Y también este texto, del grupo 5, que quedó registrado en un audio. 

“¿Qué nos puede malir sal?
Las ganas de hacer algo nuevo
se hacen al azar.
¿Qué nos puede salir mal?
El dólar no tiene techo
y yo vivo debajo de un techo
¿que no?
gracias a lo que cosecho.
Tu boca miente a veces
y se mueve como peces.
Tu gobierno son lombrices
sin raíces.
Mienten siempre.
Siempre mienten
¿que no?
Vengo concreto,
no me faltes el respeto.
Te paso mi pensamiento.
Dos a veces hacen uno
pero yo con vos no me sumo.
¿Qué nos puede malir sal?
¿Qué nos puede salir mal?


La Cuentería Taller Editorial
Los Hornillos, Traslasierra, Córdoba



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