El pasado viernes 15 estuvimos participando del “Festival de poesía en la
escuela” con los estudiantes de 5º grado de la escuela Nº 279 “Gral. Martín Miguel de
Güemes”, de la localidad de Landeta, provincia de Santa Fe.
Desde el mes de marzo comenzamos a vivir el festival desde el Taller de poesías
“Susurros en el viento” que desarrollamos semanalmente. La propuesta tiene como
finalidad ofrecer poesía, un encuentro con la poética de la palabra sin preocuparnos
por el significado de las mismas, sin querer entenderlas sino, simplemente, como dice
Laura Devetach “estar en poesía”. Desde este lugar se fueron ofreciendo diferentes
encuentros con la poesía de la mano de diversos autores y títulos, entre ellos:
“Preguntario” de Jaime Aníbal Niño, “El libro de las preguntas” de Pablo Neruda, “A la
orilla del agua”, “Crecer en poesía. Espejos en el suelo”, libros de las colecciones “Leer
x leer” y “Leer abre mundos” y muchos más.
Cada semana un libro visitó la casa de los estudiantes, quienes además de leer y
compartir en familia fueron confeccionando su propia selección de poemas que
asentaron en una libretita personal. Además, registraron el recorrido de lectura en
bitácoras en las que guardaron no solo los títulos leídos sino también versos, palabras
que les generaron algún sentir y sus propias reflexiones.
Poco a poco se fueron interiorizando en la técnica del susurro, conocieron su
historia, confeccionaron sus propios susurradores, jugaron con ellos al susurro roto, en
cadena y multitudinario. Memorizaron poemas y ensayaron diferentes maneras para
susurrar.
Cuando lograron “apalaguarse” de poesías, llegó el momento de empezar a
escribir las suyas. A través de diferentes recursos y juegos poéticos comenzaron a
aparecer sus primeros versos.
El día del festival salimos a susurrar por la escuela primaria, en la plaza, por las
calles de nuestra localidad y en lugares de concurrencia, regalando poesías
seleccionadas por ellos mismos y de su propia autoría. Hubo quienes se resistieron al
susurro y otros, que intrigados, ofrecieron de corazón su oído y se mostraron
maravillados ante la experiencia. También estuvo aquel, vecino de nuestro pueblo, que
se animó a intercambiar versos con los estudiantes. Cada uno de ellos vivió la
experiencia con mucha intensidad, disfrutaron del encuentro con el susurrado, sus
miradas cómplices y sus sonrisas lo decían todo.
De regreso a la escuela, continuamos la movida del festival, aprovechando el
entusiasmo realizaron collage de versos.
Esto no termina aquí, ya que continuaremos trabajando en el taller de poesía
con la finalidad de elaborar un libro de bolsillo, su propia antología poética para seguir
susurrando poesías de colores que nos llenen de sueños y esperanzas.
Gracias por permitirnos ser parte del Festival de Poesía en la Escuela, gracias
por el cuadernillo que nos ofrecen, que nos permite enriquecer nuestra propuesta y
seguir creciendo en poesía.
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